LA JOVEN DE LA MANCHA ROJA
- Paco Murillo Font
- 2 oct 2017
- 1 Min. de lectura
A: Héctor Manrique
Director Teatral.
La zona estaba tranquila
nada nuevo presagiaba,
en farmacia de servicio
la cola muy larga estaba
Con la cedula en mano
cada quién en su lugar
tratando en lo posible
su medicina encontrar
Se notaba intimidada
una joven con pesar,
en la fila esperaba
su turno para comprar
La dependiente agrete
cédula le requirió,
como era menor de edad
con mal humor la trató
“Esas toallas sanitarias
no te las puedo vender,
pues incumples las normas
que debes satisfacer”
Un Director Teatral
famoso y muy conocido,
intervino de inmediato
sintiéndose ofendido
“¿Cómo no han de venderle
toallas a la señorita?
por el apuro mostrado
se ve que las necesita”
Se formó una algarabía
culpa de la vendedora,
el director insistía
vendérselas sin demora
La protesta tornó
en peligroso tumulto,
la gente muy agitada
mostraba claro disgusto
De pronto la sonrosada
descubriose la chaqueta,
cubría su intimidad
donde va la pantaleta
La aflicción fue general
ante tal descubrimiento,
de sangre estaba empapada
por eso su sufrimiento
Fue tan grave la evidencia
de tener la menstruación,
la vendedora no pudo
seguir con su negación
Las toallas sanitarias
a la joven entregó
en presencia de vítores
que todo mundo ofreció
Tal situación kafkiana
vive sólo Venezuela,
de todo lo mal hecho
parecemos una escuela





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