UN MAGISTRADO EBRIO Y CELOSO, ADEMÁS DE LIGROSO
- Paco Murillo Font
- 26 feb 2018
- 1 Min. de lectura
El magistrado ese, estaba como loco
sudando frío de lo celoso
desenfundó el arma que llevaba
y dispárole a la mujer sin reparo
La tiroteada era su esposa
que cayendo al piso, sorprendida
no entendía a cuenta de que el tipo,
sin razón le causaba tal herida
Indudablemente fuera de cabales,
a todas luces por alcohol encendido
trató de simular un asalto criminal
el magistrado, perdiendo los estribos
El ebrio magistrado, sin sentido
abordó su lujoso vehículo oficial,
no sin antes amenazar a los serenos
de guardar silencio sobre el mal
Acompañado de chofer y escoltas
arrancó hacia Caracas, sin importar
que la mujer caída y sollozante
necesitaba con urgencia un hospital
Acrecentado su poder omnipotente,
recordó sin pena a los presentes
de su estirpe y posición familiar
púes cuñada es de la “primera combatiente”
Y tal patente, según su parecer
le permite actuar de acuerdo a sus ganas
sin recato, ni respeto alguno
dado que el presidente es su “pana”
Con seguridad total el magistrado
devenido a celoso delincuente,
se declarará inocente, si valer
que a su esposa pudo dar muerte
En tanto el maleado “t s de justicia”
acrecentará su fama y dependencia,
haciendo notar complicidad
ante hechos de tal malevolencia





Comentarios